miércoles, 16 de febrero de 2011

Rimas Severas

Ayer tuve una interesante tertulia vespertina en la que, entre muchas otras cosas, hablamos del gran retroceso que supuso para el aprendizaje infantil y adolescente, la unificación de niños/chicos y niñas/chicas en el mismo aula.
Me agradan este tipo de eventos porque encuentro cierta morbosa satisfacción en sacar de quicio a la progrez rojera, que por regla general, esta bastante peor formada (académica y culturalmente hablando) que los que digamos, militan o "son de derechas", donde también -hay que decirlo-se encuentran elementos de cuidado.
Faltó tiempo para que saliesen los bibianos de turno a exponer sus teorías pajinescas (por lo de pajín) de igualdad de sexos, de violencia machista y toda esa verborragia izquierdista desesperante, asi que como supondrán el tema fundamental de discusión derivó en una serie de opiniones acerca del hombre y la mujer, del tamaño de sus cerebros, de su mayor o menor habilidad dependiendo de para qué cosas, del fenómeno anatómico que constituye la duplicación cerebral del hombre etc, y la conclusión tópica resultante fue: para ella, el hombre solo piensa en lo que piensa, es incapaz de hacer dos cosas a la vez, y por supuesto es facilmente prescindible, llegando incluso casi a no ser necesario para la fecundación de no ser por el simple detalle de que para que exista vida siempre es necesaria una eyaculación previa.
Para ellos la mujer busca siempre protección, su objetivo cuando conoce a un hombre es intentar cambiarle (forma de ser, amigos etc) y que básicamente no importa como sea el especimen sino el tamaño de su cartera. En Atapuerca el macho alfa era quién más fuerza tenía y mejor comida proporcionaba a la hembra ahora ese macho es un Briatore viejo prostático con muchos euros en el bolso.
Y yo, contemplando el espectáculo de indignación colectiva, no hacía sino recordar aquella décima del insigne poeta popular Severiano Martin -Severo_ que decía:
 "Pobre el que lleve al altar
una mujer con riqueza
ya sabrá que hasta en la mesa
tiene que ver y callar.
Se tiene que doblegar
donde quiera que se halle.
Tenga en cuenta este detalle:
que si es pobre y no lo ama,
si ella quiere, tendrá cama
y si no, duerme en la calle"

Mañana más

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