martes, 22 de noviembre de 2011

Los Seis Conejos.

 Hace años, según subías hacia la capital por la autopista, había ( no se si seguirá) un famoso restaurante que se llamaba "Los Seis Conejos".
 La denominación del establecimiento, por elemental que parezca no correspondía a su especialidad culinaria: Conejo al Salmorejo con papas arrugadas,sino que era fruto de la situación familiar del dueño, a saber: casado y con cinco hijas todas trabajadoras en distintos puestos del restaurante o más bien casa de comidas.
 Naturalmente el propietario pensó que lo más ideal era bautizar su negocio con ese nombre que le venía como anillo al dedo: "Los Seis Conejos" porque aparte de publicitar su gastronomía, le daba al local un toque de sentido del humor retranquero, tan propio de los canarios.
 El hombre atendía las mesas con alguna de sus hijas mientras que la mujer y el resto de féminas preocupabanse de mantener cocinas, limpieza y demás tareas del negocio.
-"Usted no sabe lo que esto" -decía mientras servia las mesas, hablando con el típico acento de campo canario- "Ñoh, fuerte desgrasia estar rodiado de jembras por to'los laos" Veriah veriah (es decir Ave Maria, Ave Maria).
"Eso...por la mañana me tengo que ir a mear a casa del vesino, porque esa tropa de jembras empiesan a entrar en el retrete y parese que no acaban"...
..".Y despues..la escandalera que tienen entrellas...suh, suh, suh" (jesús jesús, jesús)
 Asi que mientras te comías el gofio amasado y el salmorejo, veías la cara del hombre aquel y era todo un poema.
 Anoche, mientras me regodeaba después de asistir a la debacle del imperio de la ineptitud y la gañanería,  aparece Rubalcaba en rueda de prensa para soltar el discursillo de turno. Detrás suyo habían colocado una serie de señoritas de distinta edad (viejas, maduras, jóvenes y púberes) que, a modo de muralla conejil, arropaban al candidato. Solo faltaba Zerolo para dar el toque mariconcete al asunto, así dejamos claro que nosotros, los rojos siempre hemos estado al lado de las mujeres y los maricones (perdón quería decir gays)
 La horda o mejor, el enjambre conejero, revoloteaba al lado del defenestrado candidato lanzando vítores. "Tu puedes"..¡Todos somos Alfredo!.., "Rubalcaba presidente!!!,
 Una de ellas aprovechando el tirón mediático alisa y coloca su cabellera adelante y atrás, como anunciando un suavizante. El resto para no perder ripio se lanza a besar desaforadamente al político. Poco a poco le van llenando la cara de saliva, o mejor, las barbas de babas, mientras nuestro pinocho sociata intenta escabullirse del las huestes del conejo.
 Así que al ver la faz lívida y descompuesta del prócer socialista no pude por menos entre risas, acordarme del hombre aquel del restaurante con su cara de circunstancias. Solo falta saber si Alfredo va a mear también a casa de su vecino.
Buenas noches

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