domingo, 1 de enero de 2012

La Mariconera.

Siempre he sido de la opinion que para ser futbolista no se necesita tener un gran número de neuronas. Es más, creo que apenas una es suficiente para engranar la orden "corre detras de la bola y chuta".
 Es un deporte simple para gente simple con deportistas simples, que no pobres. Jamás se pago tan bien la incompetencia intelectual. Millones de euros por correr detras de una cosa redonda que se mueve.
Cuando el futbolista no está entrenando o jugando algun partido, suele estar cultivándose intelectualmente. Generalmente gusta mucho la Play Station o las PSP's para entretener esos largos viajes de concentración, así que lo normal es que sea el más cultivado el que de las ruedas de prensa.
-Eehhh...Sí, bueno ...eehh...El Mister nos dijo que jugasenos y, bueno, al prinsipio entremos al campo un poco parados pero despues ..eehh juguemos  y al final logremos tres goles...y la verdad es que lo pasemos bastante bien ¿no? y ya, bueno...eeehh ya comensemos a salir de los puesto de cola.
La gañanería futbolera ha ido en incremento con el avance en el tiempo. Hace años, cuando este deporte no estaba tan bien pagado, todavía se podían encontrar jugadores con cierta clase, aquel centrocampista holandes Johan Neeskens, Cruyff, el defensa bávaro Paul Breitner o más adeelante Uli Stielike, o el malogrado Laurie Cunningham. Alguno incluso como Pirri se licenciaba en alguna carrera universitaria.
Hoy la cosa ha cambiado. El tono gitano y cabello aceitoso de Cristiano Ronaldo ha marcado un hito en el mundo de los gentleman. Cortes de pelo tipo Neymar a ser posible con acabado en esa patillita afilada,  haría al más consecuente plantearse seriamente su aficcion a un equipo más propio de frikis de peluqueria que de jugadores como Dios manda. Qué decir de las coreografias  de bailes de moda, tatuajes, vestimentas, etc etc. que como procesión de analfabetos muestran en el trayecto que va desde el autobús hasta la puerta del hotel de turno. Y ahí es donde voy, a ese desfile de moda futbolera, donde los jugadorres hacen gala de sus galas: Chandal corporativo, el walkman, mp3 o similar, abono intelectual (Marca, As, Mundo deportivo etc) y, como no, ese complemento tan del gusto balompédico que es el neceser- mariconera que como un tesoro fródico sostienen los interfectos con fuerza bajo el sobaco.
 Creo firmemente en que hay dos complementos en el atuendo masculino que dicen mucho de un caballero: Uno es la riñonera-marsupia muy propia de zonas costeras, usada normalmente a conjunto con zapato de rejilla blanco, calcetín a juego y gorra tipo Chanquete, y otra es el estuche al que dedico mi artículo de hoy. Hay que decir que aunque se pueden usar conjuntamente, la segunda es más propia de gente deportista y suele llevarse, a ser posible, con el pelo mojado para que la gente que vea el desfile de futbolistas piense: "Mira, aunque han perdido, por lo menos se han duchado"
Observando el ahinco con que la aprietan contra sus costillares cabría pensar que dentro guardan incalculables tesoros, pero sospecho que aparte del gel, champú y alguna crema hidratante, el resto de neceser esta lleno de lo mismo que su cerebro, es decir, de nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario