viernes, 23 de marzo de 2012

Hermanos Musulmanes.

No se quién decía que cuando hablamos de racismo lo primero que visualizamos es un negro. Posiblemente haya un concepto malentendido de la palabra, no como, según la RAE, esa exacerbación del sentido radical de un grupo, especialmente cuando convive con otro y la consiguiente doctrina antropológica basada en ese sentimiento, que conlleva la persecución de un grupo étnico considerado como inferior, sino que inmediatamente se piensa en el tema esclavitud, el KKK y la pesecución del negro en los EEUU.
 Es decir, que si soy racista es que no me gustan los negros. Eso es como diría nuestro insigne cenutrio y ex presidente del gobierno zapatero, falso de toda falsedad. Yo, por ejemplo me considero una persona racista, y sin embargo tengo amigos que son negros, mulatos e incluso familia mestiza.
Me decía un antiguo amigo Tom Collingwood, quien vivió media vida en distintos países africanos, que el odio racial entre individuos de distinta tribu siempre fue superior al de negros y blancos. Las grandes matanzas tribales como el genocidio de Ruanda entre tutsis y hutus le daban la razón. En cada pais país africano siempre está presta la cerilla para encender el odio racial entre gente del mismo pueblo, tribu, raza, o lo que se quiera. Y son del mismo color de piel. 
Mi racismo va referido al mundo islámico. A ese que tanto defienden toda suerte de asociaciones de alianzas de civilizaciones y tanto pogre de los cojones, y que callan cuando a una mujer le apedrean por la calle porque no lleva el velo. O a los que ponen a niños de ocho años al frente de manifestaciones palestinas como carnaza facil para que las televisiones del mundo vean lo malos que son los israelies o israelitas que deciamos antes... en definitiva al integrismo que tanto gusta a la rojez.
Un hijoputa que estrella un avión contra un edificio o este individuo que hace un par de días ha asesinado a unos niños en un colegio judio  en Toulusse y cuyo abogado ha puesto el grito en el cielo alegando violación de derechos porque un policia le metió un tiro en la cabeza.
Creo que es tarde para apuntarse a las cruzadas, pero si no, habría que plantearse algo para acabar con el infiel porque al paso que van los mojamés cualquier día nos meten un chaval con un chaleco explosivo en el autobus y hala, el carajo todo, meno el, claro está, que se va al paraiso de virgenes en celo que espera a todo siervo binladista.
Pienso radicalmente y me importa poco la opinión que sobre mí tengan quienes leen este blog, pero es este pensamiento el que me lleva a creer la seria amenaza que está suponiendo el mundo islámico para la sociedad occidental. Sobre todo por ese mal entendido concepto de solidaridad con alguien que nunca quiso sino la exclusión del que no piense como ellos. Ya lo dije en otro artículo referido al 11 S, el mundo integrista es igual a la maldad absoluta, al decapitamiento de rehenes, a la ablación del clítoris en las niñas, al apedreamiento hasta morir de miles de mujeres (a ver las manifestaciones de las feministas de turno donde están), al asesinato en masa, al gusto por ese complemento tan de moda en palestina, el chaleco-bomba, etc etc.
 Por eso soy racista y por eso lamento mucho que el tiro al asesino de estos niños haya sido en la cabeza y no en los huevos y haberlo dejado desangrase poco a poco entre estertores de dolor mientras algún perro callejero aprovecha para mordisquearle los intestinos. 
Buenas noches.

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