miércoles, 14 de septiembre de 2011

Refinados Placeres.

Vamos a situarnos: Periodo Neoasirio, alla por el S. X antes de Cristo. Al prisionero se le introduce en una gran tinaja de arcilla llena de aceite de sésamo. Se tapa el recipiente dejando solo fuera la cabeza del condenado con el propósito de irle alimentando y que su sufrimiento se prolongue el máximo tiempo posible.
Allí se le deja unos dias...primero vienen los dolores en las articulaciones, calambres y el reo se siente desfallecer...los hábiles encargados rapidamente lo alimentan y mantienen despierto: "¡Que siga sufriendo!"...
Con el paso de las horas sus huesos se van reblandeciendo. Al tercer o cuarto dia los gritos de dolor se escuchan a cientos de metros de distancia. Todavia no ha llegado el momento... "aun lo podemos aguantar vivo unas horas más..."
Pasado ya cierto tiempo, días o, los más resistentes incluso semana y pico, llega la feliz hora de finiquitar la vida del prisionero. Uno de los funcionarios se sube a la tapa de madera, los reblandecidos huesos, tendones y articulaciones del reo hacen que un firme tirón sea suficiente para desprender su cabeza del resto del cuerpo ante estremecedores gritos de dolor. Cabeza que, naturalmente al uso de la época, soliase echar a los perros.
Hay otra que me gusta especialmente y que demuestra qué nivel de habilidad alcanzaba el funcionario encargado de la tortura, lamemosle "tortunario".
Con unos breves cortes en los dedos de ambas manos eran capaces de desollar a un individuo, naturalmente sin que este perdiese el conocimiento, en unos minutos. Imaginaos queridos amigos la situación: aterradores gritos de dolor mientras rápidamente con la soltura de un taxidermista, se le sacaba la piel completa, conservando incluso la forma humana.
Los perros del recinto, había que intentar apartarlos de la carne del condenado para evitar que se lo comiesen vivo, cosa que sucedía cuando, en un gesto triunfal, el "tortunario" exhibía exultante, a modo de recompensa, el pellejo del reo. En este caso los canes acababan con la vida del elemento mientras que su piel se solía colgar en las murallas exteriores a modo de aviso.
Estos esran los asirios...¡Qué gran y civilizado pueblo!,
Escribo esto despues de ver en "el parte" a un hijoputa etarra delante de un juez, muerto de risa, desafiante, y hablando en eusquera no se qué de la libertad del pueblo euscaldún...Etarra que ha asesinado a gente inocente, ya sabéis con el corte de pelo jarrai, la trencita y el flequillo tan del gusto del batasuno/a y que seguro en unos años, estará paseando tranquilamente por las tabernas de los colegas, pegando carteles con la foto de los pobrecillos prisioneros torturados en las carceles del imperialismo español y regando sus plantas de marihuana en la misma terraza donde cuelga la pancarta, tan típica ya del panorama urbano vasco, de "Euskal Presoak".
Ya decían que la cara es el espejo del alma, y en la de este sujeto que sonríe a sus colegas que asisten al juicio lo que se ve es la de un asesino que lo menos que merece es su tinajita de aceite de sésamo con el correspondiente proceso torturador.
Es evidente que algo está fallando. La tan socorrida frase política de "haremos todo lo que el estado de derecho nos permita para acabar con el terrorismo" no funciona. Llevamos años con el jodío estado de derecho y no ha servido de nada.
¿Reclamamos la ley del Talión?...Ahí tenemos a Estados Unidos: La haces...La pagas, y encima te hacemos un show en la Tele para que toda tu ralea vasca vea como te ponemos la inyección letal, mientras tus coleguitas del txoko se agolpan en la puerta de la prisión pidiendo el indulto...mmmm solo de pensarlo se me hace la boca agua.
Quizás deberíamos plantearnos que tenemos que hacer algo que no sea tan politicamente correcto pero más eficaz.
Yo voto por el garrote vil, soy un patriota no lo puedo evitar,aunque en este caso tambien daría por válido lo del desollamiento.

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